jueves, 27 de marzo de 2014

Cómo maneja China la furia creciente de los familiares

Familiar de uno de los pasajeros
Mas de 100 familiares marcharon el martes para protestar hacia la embajada de Malasia en Pekín.
"Concluyeron que el avión se estrelló y que como consecuencia nadie sobrevivió (...). Es terrible decir algo así sin tener ninguna prueba... Hasta que no veamos los restos, seguiremos teniendo esperanza", le dijo a la BBC Daniel Tan, hermano de uno de los pasajeros del vuelo MH370.
Dos días después de que las autoridades malasias confirmaran que el avión desparecido el 8 de marzo cuando se dirigía desde Kuala Lumpur a Pekín acabó en el océano, algunos familiares se resisten a creerlo.
Después de 16 días de búsqueda infructuosa, el primer ministro de Malasia, Najib Razak, confirmó que el avión se daba por perdido y que se asumía sin lugar a dudas que ninguna de las 239 personas a bordo había sobrevivido.
Sin embargo, para muchos familiares, las autoridades malasias se mostraron demasiado dispuestas a descartar la posibilidad de encontrar sobrevivientes, sin siquiera haber recuperado una sola pizca de evidencia que corroborase que el avión se había estrellado efectivamente en el sur del Océano Índico.
"No sabemos a quién creer", señala Tan. "Incluso cuando el gobierno nos dice algo, lo que dicen no está respaldado por evidencia. Se basan en información satelital".
"Cuando el gobierno nos dice algo, lo que dicen no está respaldado por evidencia. Se basan en información satelital. Dicen que nadie sobrevivió.... Es terrible decir algo así sin tener ninguna prueba... Hasta que no veamos los restos, seguiremos teniendo esperanza"
Daniel Tan, hermano de uno de los pasajeros
Y poco antes de que el mandatario hiciera pública la noticia, la compañía aérea les comunicó la noticia a los familiares. En muchos casos por mensaje de texto.
Una decisión completamente insensible, dicen los críticos. Y, además, el texto estaba escrito en inglés, un idioma que no todos podían entender.
La rabia de los familiares acumulada durante las más de dos semanas de espera -en la que las comunicaciones llegaban a cuenta gotas, y en ocasiones contradiciendo mensajes anteriores- hizo explosión el martes: un grupo de más de cien marchó en protesta hacia la embajada de Malasia en Pekín, enfrentándose con la policía y lanzando botellas de agua contra las autoridades para hacerse paso.

La protesta en los medios

Familiares
Desde hace más de dos semanas, familiares se encuentran en un hotel de Pekín, donde reciben el parte diario de noticias.
Una protesta de esta clase no es frecuente en Pekín. Los familiares se organizaron y en menos de una hora llegaron a la embajada entonando consignas como "Queremos la verdad" y "Los malasios son asesinos".
Pero rápidamente se dieron cuenta de que para exigir una respuesta al embajador de Malasia era crucial contar con el apoyo de Pekín.
La respuesta del gobierno chino no fue la que esperaban. Según reportes a los que tuvo acceso la BBC, durante la reunión con el embajador malasio, en la que participaron varios funcionarios chinos de alto rango, incluido el viceministro de Transporte, tras una serie de discursos breves, la delegación china intentó marcharse.
Y cuando el público enfurecido quiso impedirle que abandonara el recinto sin ofrecer respuestas satisfactorias, fueron los funcionarios chinos los que intervinieron para que pudiera salir de la sala.
"Vamos a la embajada a entregar nuestra carta de protesta... Vamos allí para expresar nuestro descontento razonable, no para crear problemas"
Cita de uno de los familiares, según The Beijing Times
La protesta de los familiares -bien documentada en los medios extranjeros- no fue reflejada con la misma intensidad en China.
El Beijing Youth Daily, por ejemplo, no hizo mención de las escaramuzas con la policía y usó los adjetivos "racional y controlada" para describir la marcha.
"Vamos a la embajada a entregar nuestra carta de protesta... Vamos allí para expresar nuestro descontento razonable, no para crear problemas", dice uno de los familiares, citado por el diario.
The Beijing Times expresó que los familiares "están buscando respuestas" y publicó fotos de parientes desilusionados sosteniendo pancartas con menajes emotivos, en lugar de reflejar otros con contenido amenazante.
Mientras tanto el medio estatal People's Daily no publicó noticias sobre la protesta.

La paciencia de Pekín

Familiares de los pasajeros
Hasta el momento, la indignación de los familiares no ha dado señales de acallarse.
Nada de lo hecho hasta el momento ha servido para apaciguar los ánimos de los familiares de los pasajeros del vuelo MH370.
Pero si la indignación continúa en aumento y el foco se centra cada vez más en las autoridades chinas, las familias comenzarán a entrar en un territorio peligroso, explica Celia Hatton, corresponsal de la BBC en Pekín.
En el pasado, las autoridades comunistas han tolerado protestas -de tono relativamente moderado- de grupos que se sintieron defraudados por el gobierno, como el caso de los padres de los niños que cayeron enfermos por la leche de fórmula contaminada o las familias que perdieron hijos cuando sus escuelas colapsaron durante el terremoto de 2008 en Sichuan.
No obstante, en ambas instancias, la paciencia de Pekín con aquellos grupos se acabó rápidamente cuando las familias comenzaron a organizarse y a llegar con exigencias.
Ahora, la policía china está evitando que los periodistas se acerquen a los familiares que desde hace más de dos semanas se encuentran en un hotel de Pekín, recibiendo el parte de noticias diarias.
Una señal de que quizá, en esta ocasión, como argumenta Hatton, la paciencia del gobierno también tenga los días contados.

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