miércoles, 2 de abril de 2014

Anorgasmia femenina: ¿cómo podemos tratarla?

La educación sexual

Los mensajes negativos sobre sexualidad que reciben las mujeres desde niñas afectan a su vida sexual de adultas y son la principal causa de sus disfunciones.
En el caso del orgasmo afecta mucho las educaciones conservadoras en las que se habla de sexo como algo negativo y sucio. La culpa al practicar sexo impide que se relajen y obtengan placer.
Por otro lado, a las mujeres se les inculca mucho miedo a los hombres; miedo a que se aprovechen, miedo a que abandonen, miedo al embarazo, etc. Las niñas aprenden a temer al hombre y con miedo no se puede lograr la confianza necesaria para abandonarse al orgasmo.
Así, en terapia sexual se hace una gran labor de educación sexual y reestructuración de las ideas negativas sobre sexualidad que podemos tener enterradas en nuestra conciencia.

Anorgasmia y masturbación

La forma más sencilla de que una mujer alcance el orgasmo es el frotamiento del clítoris, órgano del placer por excelencia que con sus numerosas raíces plagadas de terminaciones nerviosas puede proporcionar un gran placer, hasta un 95% de las mujeres que se masturban utilizan esta técnica.
Utilizando únicamente penetración vaginal; sea con los dedos o algún juguete obtienen placer solo el 1% de las mujeres. También existen otras técnicas para llegar al orgasmo en masturbación, como apretar las piernas, acariciarse los pechos o simplemente fantaseando que tienen porcentajes parecidos.
Lo cierto es que las mujeres que saben darse placer hasta el climax con la masturbación tienen medio camino hecho. La mayoría de las mujeres que acude a consulta de terapia sexual quejándose de anorgasmia primaria no se ha masturbado nunca, así que ese proceso de autoobservación y aprendizaje sería el primer paso para ellas.

Las posturas en pareja

Generalmente las mujeres que se quejan de no poder llegar al orgasmo sobre todo piden poder hacerlo en la penetración. Se estima que alrededor de un 60% de las mujeres no llegan al orgasmo durante el coito pero sí con otras prácticas.
Ocurre que, como hemos mencionado antes, la estimulación de la vagina únicamente no suele dar el placer suficiente para llegar al clímax a la mayoría de las mujeres y en muchas posturas nos olvidamos del gran generador de placer: el clítoris.
Es posible que la pareja lleve años utilizando posturas que no proporcionaban suficiente estimulación a las zonas erógenas de la mujer.
Así podemos definir que la estimulación del clítoris en la penetración es muy importante si queremos conseguir un orgasmo. La postura más sencilla para hacer esto es ella encima de él, o bien frotando las pelvis o bien acariciando el clítoris a la vez, otra postura muy recomendable es ella tumbada boca abajo y él penetrando vaginalmente desde atrás (en esta postura ambos tienen fácil acceso al clítoris con la mano).
La utilización de un vibrador puede ser muy cómodo para masajear esa zona durante el coito.

Los problemas de pareja

Las mujeres vinculan mucho el sexo con el afecto. Esto viene de lo anteriormente mencionado sobre la educación sexual; nos enseñan a que no disfrutamos con el sexo, ¡por lo tanto algo debemos sacar! Disfrutamos, entonces, del afecto  o de sentirnos deseadas, amadas o necesitadas.
Ocurre que cuando hay conflictos en la pareja y el vínculo está dañado la mujer no desea tener sexo con su pareja y si lo hace la respuesta sexual puede no desarrollarse con normalidad y que no logre la excitación necesaria para llegar al orgasmo. También si la mujer no está segura del compromiso que quiere tomar, tiene miedos a perder su independencia o el control de su vida.
Otros problemas de pareja, como la falta de intimidad o las carencias de comunicación también dificultan la consecución del clímax.
En estos casos es muy recomendable trabajar en terapia de pareja.

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